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La tortuga de tierra, mascota ideal

Las tortugas pertenecen a la familia de reptiles sauropsida. Habitan en la Tierra desde hace más de 260 millones de año, por lo que su aparición data del periodo Triásico. Originalmente las tortugas eran terrestres, aunque posteriormente algunas evolucionaron para ser acuáticas.

Las características constitutivas de la especie se basan en que poseen un tronco ancho y corto cubierto por un caparazón que lo protege. En la parte delantera, sobresalen dos patas y la cabeza; en la posterior, la cola y un segundo par de patas. Una gran parte de su columna vertebral está adosada a su caparazón: por lo tanto, la respiración se produce por movimientos abdominales y no de la caja torácica, que sustituyen al diafragma mamífero y movimientos de la faringe. Aunque carecen de dientes, tienen un pico que recorre su mandíbula. Por otro lado, son ectotérmicas, lo cual significa que su metabolismo está asociado a la temperatura ambiental (de ahí que hibernen).

Como otros reptiles, mudan la piel, pero en su caso, se trata de un proceso progresivo. Igualmente, mudan los escudos del caparazón.

Por otro lado, son animales muy longevos, en todas sus especies. En términos generales, hemos de saber que las tortugas de hábitat terrestre, marino y de agua dulce. Hoy hablaremos de las primeras.

Existen diferentes especies de tortugas de tierra protegidas por la ley, como la tortuga mora y la tortuga mediterránea. Esto significa que está prohibida tanto su captura como su vida en cautividad. Sin embargo, existen otras especies que pueden adquirirse en tiendas especializadas, como la tortuga de patas rojas (que es la más común entre los principiantes), la de patas amarillas, y la tortuga de caja.

El cuidado de este animal en el hogar no es demasiado costoso. Esta es una de las principales razones por las que se considera una de las mascotas más recomendables para los niños.

Las principales cuestiones que habremos de cuidar si tenemos una tortuga de tierra en casa serán su alimentación, el alojamiento y las posibilidades de reproducción.

En lo que respecta a alimentación, pueden comer muchos tipos de frutas y verduras. Para completar la dieta, se puede añadir algo de carne; por otro lado, es bueno que ingieran algo de calcio, para lo que se les proporcionan preparados específicos.

En cuanto a su alojamiento, habremos de preparar un terrario, cuyo tamaño variará en relación a nuestra tortuga; estos suelen complementarse con fuentes externas de calor. Por otro lado, el terrario habrá de tener algún refugio y algún recipiente.

La reproducción de las tortugas se produce durante la primavera, así que será en este momento cuando habremos de tener en cuenta los cuidados reproductivos. Los machos se pelean por las hembras y cuando las fecundan entierran los huevos en la arena, donde permanecerán hasta su eclosión.