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Causas de depresión en perros y gatos

perrito triste

Aunque es lógico asumir que todas las mascotas y los animales silvestres y salvajes pueden sufrir de estados de depresión, son los perros y gatos de los que se conoce más sobre el asunto, debido sin duda a que son los que más usualmente conviven con el hombre. El estudio de este tipo de condiciones por la medicina veterinaria es complicado, debido a que existe la barrera de la comunicación y en cuanto a los gatos es apenas  posible determinar por su comportamiento, debido a que a diferencia de los perros son menos activos y menos bulliciosos.

Y aún así el dueño de una mascota, puede darse cuenta con pequeñas observaciones que está frente a una situación de depresión de perros y gatos, con tan solo observar el cambio en el comportamiento. Como hemos dicho es más fácil detectar en los perros la falta de ánimo y ese sentimiento de tristeza ligado a la depresión. Por qué se deprimen los perros y gatos es algo que se debe a muchos factores entre ellos el genético, porque tanto los perros y gatos como los humanos pueden tener predisposición natural al estado de melancolía que da paso a la depresión. Pero también existe la depresión, y más común, que deviene del entorno en que vive el perro o gato entristecido.

Aunque los gatos sufren depresión en alguna medida, nos concentramos en los perros, porque son más propensos o porque se hace más evidente. La pérdida de apetito, el sueño intranquilo, los cambios de humor que pueden ir de una total apatía a un descontrolado genio. Pero las causas hasta ahora conocidas están ligadas al sentimiento de abandono que puede sentir una mascota, cuando su amo la relega, la descuida o le da maltrato físico o verbal. Cuando un perro se torna deprimido es evidente en su expresión, ya no corre ni salta, ni siquiera le entusiasma ladrar. Es por ello que se insiste por parte de la veterinaria moderna, que los dueños de mascotas evalúen lo práctico de tener una, porque el no dedicarle atención ni tiempo y someterla a abandono o abuso se convierte en una pesada carga que la mascota debe soportar y se traduce en un estado de depresión que en algunos casos le lleva a perder el apetito, enflaquecer y hasta morir.

Especies en Peligro de Extinción: La Lista Roja


Cuando una especie se encuentra en peligro de desaparecer, se considera que su perdurabilidad está comprometida globalmente.

Independientemente de cuáles sean las causas de semejante situación (depredación directa por la desaparición de un recurso básico, por la acción del hombre, cambios en el hábitat, desastres naturales o cambios graduales del clima), el objetivo de tomar consciencia de cuales son estas especies amenazadas nos permite ofrecer protección legal a las especies para que perduren, ya que la extinción de una especie es irreparable.

En este sentido, la Lista Roja es la clasificación que anuncia los estados de conservación de las especies más difundida. Los estados de conservación ofrecen indicadores básicos según los cuales se interpreta la probabilidad de perdurabilidad de una especie. En definitiva, es un inventario del estado de conservación de todas las especies de plantas y animales conocidas.

Está elaborada por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y apareció por primera vez en 1963. Se actualiza anualmente, aunque cada 4 o 5 años se hace un análisis exhaustivo de la evolución de los estados. Estas revisiones están coordinadas por la Comisión de Supervivencia de las Especies; con ella colaboran otras organizaciones como la Sociedad Zoológica de Londres, BirdLife International, Conservation International o Nature Server.

Paralelamente, es muy frecuente que los estados creen sus propias listas basándose en esta. Por ejemplo, en España se publica la Lista Roja del Patrimonio.

En los años ochenta la Lista Roja fue reelaborada bajo la necesidad de incluir muchas más especies en el inventario que venían proponiendo. De hecho, hasta el año 1988 no se incorporaron las aves a la lista. Por otro lado, con el tiempo también se han propuesto nuevas categorías, especialmente aquellas que recogen a las especies no amenazadas, para poder analizarse, igualmente, su evolución.

Los actuales criterios de la Lista Roja son:

  1. Extinta (EX)
  2. Extinta en estado silvestre (EW)
  3. En peligro crítico (CR)
  4. En peligro (EN)
  5. Vulnerable (VU)
  6. Casi amenazada (NT)
  7. Preocupación menor (LC)
  8. Datos insuficientes (DD)
  9. No evaluado (NE) (especie no evaluada para ninguna de las otras categorías)

Las últimas categorías se han incluido en un afán de tomar consciencia de que la lista está incompleta y debe ser visible que ha de seguir trabajándose al respecto. Por otro lado, los primeros puestos de estos criterios son los más preocupantes, siguiendo un orden de gravedad descendente.

Una de las principales críticas que se han efectuado en contra de la Lista Roja es que no ofrecen demasiada información acerca de sus fuentes. Esto ha hecho que en la actualidad se esté trabajando intensamente en un intento de hacer más transparente su información y documentación, al alcance de todos.

Desde un punto de vista egoísta, la desaparición de una especie afecta de manera directa o indirecta a la cadena alimenticia, en la que nuestra permanencia también se haya implicada.

Los sentidos de las aves

Muchas veces hemos oído hablar sobre el agudo olfato de los perros o sobre la intuición de los gatos y, sin embargo, no sabemos tanto sobre el grado de desarrollo de los sentidos en las aves.

En oposición a otros animales, el punto fuerte de las aves es la vista. Por lo general, disponen de ojos grandes, especialmente las aves rapaces tienen este sentido desarrollado entre dos y tres veces más que los humanos.

Normalmente, los ojos se sitúan a ambos lados de la cabeza: esto tiene la desventaja de que les hace tener una percepción pobre de la profundidad y, no obstante, les permite tener un mayor campo de visión sin necesidad de girar a cabeza.

Los búhos tienen los ojos en el plano frontal, y no pueden moverse en sus órbitas, por lo que para mirar algo, tiene que girar la cabeza en la dirección deseada. No obstante, la posición binocular mejora la estimación de la profundidad. No obstante, los que cazan en entornos muy oscuros, se orientan más por el oído que por la vista.

Las aves acuáticas tienen unas lentes especiales que les permiten acomodarse al agua y al aire.

Por otro lado, son capaces de detectar la luz ultravioleta, la cual está implicada en el proceso de cortejo y en la búsqueda de alimento. Los plumajes de muchas de ellas incluyen patrones de este tipo de luz.

Los ojos de las aves se lubrican por medio de la membrana nictitante, un tercer párpado que mueven horizontalmente, además de cubrir el ojo y servir de lente de contacto a aves acuáticas.

El segundo sentido más desarrollado de las aves es el oído (de hecho, gracias a esto, pueden desarrollar su canto). Como veníamos afirmando, ciertas especies de búhos pueden localizar a sus presas en lugar completamente oscuros con el único apoyo del sentido auditivo. No obstante, carecen de pabellón auricular. La ausencia de orejas les obliga a hacer rotaciones de cabeza para calcular las direcciones de las que provienen los sonidos.

El sentido del olfato en las aves, por lo general, es pobre. Hay excepciones como kiwis, las aves carroñeras americanas, albatros y peteles: éstos lo usan para localizar el alimento.

Por otro lado, sus papilas gustativas no están en la lengua, sino al fondo de la garganta. En todo caso, son capaces de distinguir los cuatro sabores básicos: dulce, salado, amargo y ácido.

Acostumbran a tener un sentido del tacto muy desarrollado en el pico. En este sentido intervienen diferentes corpúsculos: los corpúsculos encapsulados de Merkel (piel e interior de la boca) y Grandy (en el paladar); los corpúsculos de Herbst son sensibles a las vibraciones (se localizan principalmente en el pico y en las patas).

Criaderos para una compra confiable de canes y gatos

A la hora de pensar en comprar un perro aparece una disyuntiva que por lo general es algo difícil de dilucidar: ¿con o sin pedigrí? Tengamos en cuenta que el pedigrí es el padrón de las generaciones anteriores de un animal de raza pura. Esta certificación la tienen no sólo los canes, sino todos los animales puros cuyos padres fueron inscriptos ante los organismos autorizados para tal certificación. Por ese motivo, al adquirir un perro, lo más apropiado es hacerlo en criaderos de perros reconocidos y con experiencia en la actividad.

Adquirir un perro de raza pura, ya sea para compañía, custodia, pastoreo, competencia, entre otras facultades, es una actividad que se vuelve común por la existencia de criaderos familiares expertos la reproducción y cría de canes.

Perro y gato by Terrik

Comprender la función de los Criaderos es fundamental para impedir ser engañado al comprar un can puro.

Cuando una mascota está fuera del estándar establecido para cada raza, se evita su reproducción. Los cachorros son separados de los criaderos caninos a los dos meses y con la primera vacuna puesta.

Los criaderos de animales sobresalen por el cuidado y la atención que le brindan a los mismos, para después dedicarse a la venta de perros.

Por su parte, los gatos representan una de las mascotas preferidas de los amantes de los animales, por su carácter tan singular y su noble compañerismo, aparte de por supuesto, que son animales extremadamente cariñosos. Es por esta causa, que muchos amantes de los felinos suelen dedicarse a la cría, estableciéndose como criaderos de gatos profesionales.

El poder terapéutico de las mascotas

El hecho de que los animales siempre han sido útiles para el progreso y supervivencia del hombre a lo largo de la historia, es más que evidente. Desde tiempos inmemoriales, éstos le servían de alimento, pero no sólo esto. Cuando el hombre descubrió las posibilidades de adiestrarlos, empezó a criarlos, empezando a desarrollar la ganadería; por otro lado, el paso de la recolección a al cultivo se apoyó en la fuerza del trabajo animal. Por otro lado, los animales también han ayudado al hombre en funciones de transporte y vigilancia.

No obstante, otra de las grandes aportaciones de los animales al hombre es la compañía. En las últimas décadas han empezado a realizarse estudios que han empezado a ratificar lo que ya parecía evidente, que los animales tienen un poder terapéutico sobre los animales. De hecho, se ha concluido que su presencia puede llegar a ser fundamental para el tratamiento y recuperación de enfermedades físicas y psicológicas.

El tratamiento de enfermedades con ayuda de animales se denomina zooterapia. Ésta puede servir para reducir el estrés y la presión arterial, contribuye a solventar problemas de socialización y es capaz de aumentar la autoestima del ser humano.

Se ha demostrado incluso que la mayoría de familias que tienen una mascota discuten con menor frecuencia: las mascotas estrechan los vínculos familiares.

En los hogares, los animales más queridos suelen ser los perros y los gatos; de los primeros se dice que hacen que sus dueños se sientan queridos, acompañados y protegidos; respecto a los gatos, se ha concluido que tienen el poder de ofrecer relajación con su presencia, además de que pueden ser una buena compañía para personas caseras o con poco tiempo. Tanto en el caso de los perros como en el de los gatos, ambos son capaces de aportar a sus dueños grandes dosis de diversión a través del juego. Además, son sumamente perceptivos y suelen estar pendientes de nosotros cuando perciben en nosotros síntomas de tristeza o debilidad.

Algunos de los animales más empleados por la zooterapia son los delfines, leones marinos, burros y caballos. Muchos de ellos son empleados para favorecer el desarrollo físico y mental, especialmente en los niños. En ellos, de hecho, tiene un poder mucho más inmediato este tipo de terapia porque tienen una mayor capacidad de establecer vínculos con los animales (ya que tienen un menor control sobre emociones e impulsos que los adultos).

Para las personas mayores también puede ser muy beneficiosa su presencia, por ejemplo, a modo de prevención de enfermedades típicas de la edad, como la demencia senil o el Altheimer.

No obstante, cualquier animal puede tener un efecto positivo en el ser humano. Especialmente, la presencia de un animal suele ser muy útil, a modo de compañía, para personas que acaben de superar una intervención quirúrgica o la pérdida de un ser querido.

Pasión filosófica por los animales

Muchos de los grandes filósofos de la humanidad han experimentado un profundo interés por los animales. Muchos de ellos han estudiado su comportamiento en un afán de comprender mejor al ser humano. Y buena parte de ellos se ha dado cuenta de que, aunque no poseen la capacidad de razonamiento propia del hombre, en muchos aspectos son superiores a nosotros: en definitiva, los animales son una fuente de conocimiento inagotable. Por esto, hemos recopilado algunas de las reflexiones de estos filósofos sobre los animales. Es muy interesante ver cómo los teóricos más modernos tienen cada vez un concepto más alto del reino animal en comparación con el hombre. Esperemos que os guste.

«Todo lo que el hombre hace a los animales, regresa de nuevo a él. Quien corta con un cuchillo la gargante de un buey y permanece sordo ante los bramidos de temor, quien es capaz de matar impávido a un atemorizado cabrito y se come el pájaro, al que él mismo ha alimentado, ¿Cuán lejos está del crímen un hombre así?» (Pitágoras).

«Y es que la naturaleza no hace nada en vano, y entre los animales, el hombre es el único que posee la palabra» (Aristóteles)

«El hombre, ese ser tan débil, ha recibido de la naturaleza dos cosas que deberían hacer de él el más fuerte de los animales: la razón y la sociabilidad» (Lucio Séneca).

«La razón o el juicio es la única cosa que nos hace hombres y nos distingue de los animales» (René Descartes)

«Entre todos los animales, los hombres son los menos aptos para vivir en rebaño. Si fueran apiñados como ovejas, perecerían en corto tiempo. El aliento del hombre es fatal para sus semejantes» (Jean-Jacques Rousseau).

«Podemos juzgar el corazón de un hombre según trata a los animales» (Immanuel Kant).

» El profundo respeto religioso por aquello que está por debajo de nosotros, incluye naturalmente también al reino animal, e impone a los hombres la obligación de respetar y proteger a las criaturas que están por debajo de él» (Goethe).

«El hecho de que la vista de los animales nos complazca tanto se debe sobre todo a que nos gusta ver nuestro propio ser tan simplificado ante nosotros» (Arthur Schopenhauer).

«El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales» (Arthur Schopenhauer).

«Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz» (Friedrich Nietzsche).

«Cuando el hombre se pone a reír a carcajadas, supera a todos los animales en vulgaridad» (Friedrich Nietzsche).

«Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales» (Mahatma Gandhi).

«No me importa lo elocuente que ladre un perro; nunca podrá decirte que sus padres fueron pobres pero honestos» (Bertrand Russell)