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Baño, higiene y cuidados de cobayas

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Toda cobaya necesita ser lavada de vez en cuando, aunque es importante que las de pelo largo se bañen con más frecuencia que las de pelo corto. A pesar de todo, es conveniente no abusar del lavado, puesto que pueden perder la protección natural que les confiere su pelaje. Ahora os estaréis preguntando cada cuanto es adecuado bañarlos. Pues bien, eso es una cosa que observaréis vosotros mismos. Cuando veáis que vuestra mascota tiene el pelo sucio y/o empieza a oler mal, será la hora. Podéis bañarlo en un balde o en la pila del baño, introduciendo dos dedos de agua tibia. Evidentemente recomendamos jabón exclusivo para cobayas (por ejemplo marca Novopet), pero en el caso de no tener, podéis usar champú suave para bebes o para gatos. Otra opción es usar champú de lavado seco. Hemos de tener sumo cuidado de que no les entre ni agua ni jabón en oídos, boca, nariz y ojos, puesto que son animalitos delicados y esto podría ocasionarles irritaciones o infecciones.

Al finalizar el baño, secadlo a consciencia con una toalla, pero con suavidad, para así evitar posibles resfriados. No aconsejamos usar secador, ya que se han dado casos de infarto a causa del sonido (hay cobayas muy asustadizas). Recomendamos el cepillado diario con un cepillo de metal suave para eliminar el pelo suelto y desenredar, evitando a su vez su caída. Es importante que cortes las uñas de tu mascota  al menos una vez al mes, cuando veas que se comienzan a doblar demasiado. Así evitarás que tu cobaya tenga dificultades para caminar a causa de deformaciones. Las uñas deben cortarse con mucho cuidado, puesto que nunca debemos cortar la parte donde hay carne. Para facilitar la visión, podemos colocar las uñas a contraluz. Si alguna vez cortases una zona con carne y empezase a sangrar, usa rápidamente un lápiz hemostático o algún producto que detenga la hemorragia. Para cortarle las uñas es adecuado hacerlo con unas tijeras especiales para gatos. En la medida de la posible, procura que tu pequeñín este inmovilizado durante el procedimiento.

Si tienes una cobaya macho, debes prestar mucha atención a la higiene de sus genitales, puesto que marca territorio arrastrando el trasero, por lo que acumula suciedad, causante de hedores y posibles infecciones. Para limpiarlo podéis usar toallitas para bebes o algodones para los oídos empapados con aceite de oliva. Aconsejamos realizar esta higiene desde que nuestra mascota sea una cría, para que nos permita seguirlo haciendo cuando crezca.

Es importante que revises con asiduidad la dentadura de tu cobaya, puesto que a causa de mala oclusión dental, sus incisivos pueden crecer de forma desmesurada, provocando heridas e infecciones. Debes prestar atención a si saliva mucho, y si este fuese el caso, llévalo inmediatamente al veterinario para que encuentre una solución. Lo adecuado sería la extracción, pero en estos animalitos este proceso resulta complicado, por lo que acostumbran a realizar una limadura bajo sedación.  Nunca cortéis sus dientes con unas tijeras, ya que corréis el riesgo de romperlos o dañar sus ligamentos (por lo que la desviación sería mayor). Para prevenir todo esto, como ya mencionamos en el post de “Cómo alimentar a tu cobaya”, es adecuado que alimentes a tu mascota con heno y verduras para facilitar el desgaste de sus dientes, así como pan duro para roer de vez en cuando (pero sin excederse, puesto que engorda).

Recomendamos visitar al veterinario cada 3 o 4 meses para que le hagan una revisión general. Deberéis fijaros en si sus heces son blandas, si tiene mocos, estornudos, ojos medio cerrados o con legañas, respiración dificultosa, arañazos profundos, calvicies, dificultad para andar, etc. Si vuestra cobaya padece alguno de estos síntomas, no dudéis en acudir a vuestro veterinario al momento.

¡Cuidad a vuestro pequeño lo mejor que podáis!