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El conejo doméstico

Sorprende descubrir que el conejo está considerado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como una de las 100 especies exóticas invasoras más dañinas en el mundo. No obstante, como animal de compañía no supone grandes riesgos.

El conejo es un animal mamífero de cuerpo lagomorfo cubierto de pelo. La subespecie de la que se cree que derivan las razas domésticas es o cuniculus cuniculus y procede de la Península Ibéria. Al margen de la raza, todo conejo tiene unas características básicas: iene la cabeza ovalada, los ojos grandes y sus patas delanteras son más cortas que las posteriores; sus dientes, especialmente los incisivos, crecen sin cesar, por lo que tienen que desgastarlos continuamente para que no se vuelvan demasiado largos (es importante controlarlos este aspecto de los conejos si son nuestra mascota). El tamaño de conejo puede variar inmensamente de una raza a otra.

En lo que respecta a su comportamiento, son animales de hábitos nocturnos y crepusculares; aunque son bastante silenciosos, chillan si se les hace daño y golpean el suelo con sus patas delanteras cuando se exaltan; ante la presencia de un depredador, tienden a quedarse quietos para pasar desapercibidos. Por otro lado, son animales gregarios, jerárquicos y territoriales.

La domesticación de conejos se conoce como cunicultura, ya sea con fines comerciales o como animal de compañía. Es uno de los animales que, históricamente, más tarde empezaron a domesticarse: con fines alimenticios, en Roma hay vestigios de esta actividad, en el siglo I a.C.; también en Francia, entre los s. VI y X, se criaban en los conventos con el fin de alimentarse en Cuaresma (se consideraban animales acuáticos).

Los conejos suelen ser interesantes en cuanto a mascotas porque no requieren excesivos cuidados: es fácil entrenarles para que hagan sus necesidades en una caja; además de esto, son silenciosos y son herbívoros.

Se alimentan de pasto, frutas y verduras. Necesitan comer cada poco tiempo, de modo que pueden llegar a realizar hasta 80 ingestas en un solo día. Hay que tener cuidado con las cantidades de hidratos de carbono que se encuentran en los alimentos concentrados.

También es importante saber que requieren entre tres y cinco litros de agua fresca. Es importante que el recipiente sea pesado para que no lo tiren.

Por otro lado, son animales muy sociales, aunque se asustan mucho con los ruidos fuertes que generan los niños. Además, no tienen problemas para relacionarse con otras especies de animales, como perros y gatos. No obstante, puede ser perjudicial juntar a dos machos porque son jerárquicos y territoriales. Esta situación les puede volver agresivo, igual que si no encuentran la tranquilidad que necesitan.

Las jaulas deben tener suficiente espacio, ser de madera o alambre y estar bien ventiladas. Si cumplen estas condiciones, él la tomará como su refugio de tranquilidad.

El cerdo vietnamita

Probablemente, una de las mascotas más exóticas que podemos tener en nuestra casa, sea el cerdo vietnamita. Aunque la domesticación del cerdo común por el hombre data de hace aproximadamente 5.000 años, durante la mayor parte de este tiempo se han criado con fines alimenticios y no de compañía. Tener a un cerdo doméstico como mascota, es una posibilidad prácticamente inviable, por sus dimensiones y la cantidad de recursos que consume.

No obstante, el cerdo vietnamita, es diferente, principalmente por su reducido tamaño. Aunque en España aún resulta bastante insólito encontrar un cerdo vietnamita en un hogar, en Estados Unidos ya se trata de una costumbre bastante arraigada. A modo de curiosidad, George Cloonie fue uno de los primero en adquirir uno de éstos.

Se trata de un tipo de cerdo que mide en torno a medio metro de longitud y no suele sobrepasar los 35 kilogramos de peso. En lo que respecta al resto de su morfología, son animales de color negro, con manchas blancas en el vientre. Viven en torno a 15 y 17 años.

En cuanto a su alimentación, son omnívoros. Si vamos a tenerlos en el hogar, se recomienda que les demos frutas, verduras y compuestos de cereales, combinándolos con pequeñas cantidades de proteínas: carnes, pescados, piensos para perros, etc. Si les damos pienso de cebo, correremos el riesgo de sobrealimentarles y de que sufran problemas de obesidad. A veces se recomienda el pienso para caballos, porque contiene muchas proteínas, pocas grasas y les mantiene sanos y fuertes. También debemos asegurarnos de que dispongan de agua fresca para beber.

Son animales bastante sociables: se relacionan bien con otros cerdos de su especie, perros y niños; de hecho, les gusta mucho jugar y son muy cariñosos. Es bueno que se les saque a pasear. No obstante, necesita hacer ejercicio con asiduidad.

Lo adecuado es que haga sus necesidades en un arenero de gatos, y no en la calle como los perros. En contra del concepto general que se tiene de los cerdos, éstos son muy limpios, lo cual supone una ventaja añadida para la convivencia con su especie. De hecho, su olor corporal es más suave que el de los perros, necesitando, como éstos, un baño de vez en cuando.

Por otro lado, son muy inteligentes, lo cual facilita el adiestramiento. No obstante, esta capacidad suya puede hacer se nos vayan de las manos. Son bastante glotones y pueden aprender, por ejemplo, a abrir la nevera solos y robar comida. Pueden llegar a ser destructivos si se les educa mal. Sin embargo, su inteligencia, ligada a su gran sentido del olfato, ha hecho que a menudo el hombre les use para rastrear trufas, detectar explosivos y alijos de droga.