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Loros domésticos

Las principales necesidades de los loros (y, consecuentemente, nuestras responsabilidades en tanto que dueños) son:

  1. Agua: limpia y fresca.
  2. Alimento: algunas semillas como mijo y girasol y frutas diversas.
  3. Espacio: como mínimo tiene que poder extender sus alas completamente dentro de la jaula.
  4. Limpieza: hay que recoger con asiduidad los desperdicios de la jaula así como comprobar que nuestro loro tiene buen aspecto.
  5. Atención: si no sabemos cómo educarle, tenemos que consultar con el veterinario las pautas básicas de cuidado y entrenamiento.

Las características físicas de los loros son bien conocidas: son aves de tamaño medio, de plumajes muy coloridos y vistos, pico curvado y gran capacidad craneal. Provienen de climas tropicales y tienen una buena capacidad para tanto para trepar en los árboles, como para volar. En libertad tienen una esperanza de vida de entre veinticinco y cincuenta años, aunque en cautiverio aguantan menos.

Cuando viven en cautividad es corriente que les corten las alas para que se puedan mover libremente por el espacio doméstico.

Como bien es sabido, tienen la capacidad, con un trabajo de adiestramiento, de hablar la lengua humana; son uno de los grupos de aves más inteligentes. No obstante, es importante saber que hablan por repetición y no comprenden lo que dicen.

Dentro de las aves, la familia que cuenta con un mayor número de especies amenazadas (más de setenta) es la de los loros. La principal razón es que estos animales son caros; por lo tanto, en muchos lugares, está muy valorada su captura. El principal problema de esto es que el modus operandi de los captores, además de ilegal, es burdo, lo cual supone que muchos adultos sean asesinados una vez se han obtenido crías de ellos. Por otro lado, las condiciones de transporte clandestino son pésimas, con el fin de pasar desapercibidos. En este proceso mueren más del 50% de los loros que se intentan vender ilegalmente. Los que sobreviven a esto son vendidos a traficantes en el extranjero, donde tendrán que someterse nuevamente a condiciones de transporte clandestinas.

Por todo esto, y como punto previo, si queremos adquirir un loro, tenemos la responsabilidad legal y moral de asegurarnos de que cumple todos los requisitos: puede que nuestro loro haya sobrevivido a todo este via crucis para llegar a un hogar feliz, pero no queremos alimentar a mafias sin escrúpulos.

En todo caso, los loros siempre reportan a sus dueños una gran compañía. Son animales bastante agradables en el trato  (aunque algunos son más ruidosos que otros, y tienden a excitarse con los sonidos agudos) y estéticamente son muy llamativos. Por eso hay que tener especial cuidado con ellos e intentar evitar que las mafias de tráfico de animales continúen devastando su población.

Especies en Peligro de Extinción: La Lista Roja


Cuando una especie se encuentra en peligro de desaparecer, se considera que su perdurabilidad está comprometida globalmente.

Independientemente de cuáles sean las causas de semejante situación (depredación directa por la desaparición de un recurso básico, por la acción del hombre, cambios en el hábitat, desastres naturales o cambios graduales del clima), el objetivo de tomar consciencia de cuales son estas especies amenazadas nos permite ofrecer protección legal a las especies para que perduren, ya que la extinción de una especie es irreparable.

En este sentido, la Lista Roja es la clasificación que anuncia los estados de conservación de las especies más difundida. Los estados de conservación ofrecen indicadores básicos según los cuales se interpreta la probabilidad de perdurabilidad de una especie. En definitiva, es un inventario del estado de conservación de todas las especies de plantas y animales conocidas.

Está elaborada por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y apareció por primera vez en 1963. Se actualiza anualmente, aunque cada 4 o 5 años se hace un análisis exhaustivo de la evolución de los estados. Estas revisiones están coordinadas por la Comisión de Supervivencia de las Especies; con ella colaboran otras organizaciones como la Sociedad Zoológica de Londres, BirdLife International, Conservation International o Nature Server.

Paralelamente, es muy frecuente que los estados creen sus propias listas basándose en esta. Por ejemplo, en España se publica la Lista Roja del Patrimonio.

En los años ochenta la Lista Roja fue reelaborada bajo la necesidad de incluir muchas más especies en el inventario que venían proponiendo. De hecho, hasta el año 1988 no se incorporaron las aves a la lista. Por otro lado, con el tiempo también se han propuesto nuevas categorías, especialmente aquellas que recogen a las especies no amenazadas, para poder analizarse, igualmente, su evolución.

Los actuales criterios de la Lista Roja son:

  1. Extinta (EX)
  2. Extinta en estado silvestre (EW)
  3. En peligro crítico (CR)
  4. En peligro (EN)
  5. Vulnerable (VU)
  6. Casi amenazada (NT)
  7. Preocupación menor (LC)
  8. Datos insuficientes (DD)
  9. No evaluado (NE) (especie no evaluada para ninguna de las otras categorías)

Las últimas categorías se han incluido en un afán de tomar consciencia de que la lista está incompleta y debe ser visible que ha de seguir trabajándose al respecto. Por otro lado, los primeros puestos de estos criterios son los más preocupantes, siguiendo un orden de gravedad descendente.

Una de las principales críticas que se han efectuado en contra de la Lista Roja es que no ofrecen demasiada información acerca de sus fuentes. Esto ha hecho que en la actualidad se esté trabajando intensamente en un intento de hacer más transparente su información y documentación, al alcance de todos.

Desde un punto de vista egoísta, la desaparición de una especie afecta de manera directa o indirecta a la cadena alimenticia, en la que nuestra permanencia también se haya implicada.