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Roedores domésticos

Los roedores, o rodentia, suponen el 42% de especies de mamíferos. Son una subclase –plancetarios– con más de dos mil especies diferentes. En general son pequeños y cuadrúpedos, pero han evolucionado en formas muy distintas dependiendo de sus condiciones de vida.

Sus incisivos suelen ser afilados por diferentes razones: para afilar la madera, alimentarse o defenderse de depredadores. Aunque muchos se alimentan de plantas y semillas, otros tantos tienen dietas variadas. Por otro lado, algunas especies se han considerado plagas, en la medida en que han afectado negativamente al hombre: se han comido sus semillas o extendido enfermedades, por ejemplo.

Analicemos los más comunes. A grandes rasgos, hay cinco grupos: el primero compuesto por ardillas, lirones y marmotas; el segundo, incluye castores, tuzas y ratas canguro; el tercero, ardillas voladoras africanas; el cuarto, abarca ratas y ratones; por último, está el grupo de los histricomorfos (incluye desde puercoespines, chinchillas a conejillos de Indias).

Los roedores domésticos, o especies hemerófilas, proporcionalmente son muy pocos, sin embargo, son las que conocemos mejor. Algunas especies de roedores no se pueden adaptar con facilidad a ser animales domésticos debido a su nocturnidad o indocilidad; otras, por ejemplo, necesitan vivir en manada o necesitan mucho espacio, por lo que su mantenimiento en el hogar es perjudicial.

No obstante, este tipo de mascota ha sido aceptada con mucho éxito debido a que suelen ser animales activos y divertidos, al tiempo que son fáciles de cuidar y económicos. Veámos cuáles se han hecho domésticos:

  • Cobayas: son hervíboras. Si los tenemos, necesitaremos una jaula tipo conejera, lo cual implica un poco más de espacio que un roedor medio. Son amaestrables y muy sensibles a las temperaturas.
  • Hamsters: existen muchos tipos. Son muy fáciles de cuidar.
  • Ratones: son animales muy resistentes y adaptables a cualquier condición.
  • Jerbos: han tenido mucho éxito como animal doméstico porque son muy juguetones y sociables.
  • Ratas: en contra de lo que puede parecer, se domestican muy bien. Necesitan una caja nido de madera, piedra o ladrillo y cosas que arañar. Hay que cuidar la higiene especialmente, desinfectando la jaula una vez al mes.
  • Degús: su gran ventaja como animal doméstico es que suelen tener hábitos diurnos y su longevidad (aunque su vida en cautiverio se suele ver reducida).
  • Chinchillas: uno de los roedores más longevos y pacíficos: rara vez te morderá.
  • Ardillas: siempre y cuando se les capture siendo aún jóvenes son muy domesticables. Pueden llegar a ser muy cariñosas.
  • Lirones: su fama de dormilones es cierta, por lo que con ellos podremos jugar un poco menos. Son omnívoros y su estado ideal es en pareja.

La casa ideal para tu cobaya

cobaya

Si tienes pensado adoptar una cobaya, es importante que pienses en proporcionarle el hogar adecuado. Si dispones del espacio suficiente, te recomendamos una jaula grande, puesto que así tu mascota gozará de espacio suficiente para poder jugar y estirar sus patitas, y tú no tendrás que limpiar el receptáculo con tanta frecuencia. Es aconsejable un tamaño de 65 cm de largo, 40 de ancho y 35 de alto. Se necesitan unos 20 cm adicionales por cada cobaya que vayas a introducir. A pesar de todo, si se dispone de sitio, tu mascota estaría mejor en una jaula de un mínimo de 100 cm de largo, ya que al añadírsele todos los accesorios como son la casita, recipiente para comida y objetos de ocio y ejercicio, quedaría poco espacio para ella. Una jaula con base de plástico siempre resulta más sencilla de limpiar. No aconsejamos las jaulas con rejas en el suelo, puesto que podrían lastimar las patitas de vuestro roedor, a pesar de facilitar la limpieza.

Es aconsejable que los primeros días que pase tu cobaya en la jaula, lo haga sin caseta, ya que si no se esconderá en ella y no querrá salir. Debes ganarte su confianza acariciándola, cogiéndola y hablándole con frecuencia. Es adecuado situar la jaula en un lugar elevado para estar de igual a igual con tu animal y no aparecerle como un depredador. Si le alimentas en tu regazo conseguirás que te relacione con algo positivo. Si no posees otras mascotas tienes la opción de dejar abierta trampilla de la jaula para que tu cobaya se sienta más a gusto.  Nunca dejes sola a tu cobaya junto a depredadores, como pueden ser un perro o un gato, por mucho que confíes en ellos (recuerda que se guían por instintos por muy adiestrados que estén). Es conveniente que tu animalito salga diariamente de su jaula para poder ejercitar bien los músculos, eso sí, ten cuidado con los cables eléctricos, puesto que adoran morderlos. Si tenéis la opción, recomendamos poner una especie de cercado para mantener a vuestra mascota a salvo de cualquier peligro.

Recomendamos cubrir la base de la jaula con 2 cm de grosor con granulado de mazorcas de maíz, el cual resulta muy absorbente y sin polvo. Si usamos viruta hemos de asegurarnos que no proviene de muebles barnizados o pintados, puesto que podría intoxicar a nuestra cobaya. La viruta prensada resulta absorbente, inodora y suave. Pon encima del granulado de maíz bastante heno, ya que lo usa para dormir y para comer. No aconsejamos los cilindros de fibra vegetal, ya que a pesar de ser absorbentes, se descomponen formando barro. Nunca le pongas serrín o piedras de gato, puesto que podrían ocasionarle dificultades respiratorias. Tienes la opción de mezclar las virutas con esterillas de goma espuma, paja o forro polar, siempre teniendo en cuenta lo que le va mejor a tu mascota, y a ti a la hora de limpiar. Para el invierno es adecuada la viruta de madera con bastante paja por encima, ya que a la vez que calentita, no huele en varios días. En verano es aconsejable la viruta de madera prensada, puesto que no le dará calor y tampoco huele enseguida.

Tendrías que colocar a tu mascota en un lugar con luz y que posea una temperatura entre 18 y 25 grados. Es importante que no le dé la luz del sol directamente ni corrientes de aire. Sería adecuado también que pudiera vernos en todo momento. Colocaremos un bebedero y un comedero. Este último cuanto más pesado mejor, ya que a las cobayas les encanta volcarlos para así esparcir toda la comida y escoger lo que más les gusta. Acuérdate de colocarle una casita bien acogedora cuando el animal ya se haya habituado a ti. Si lo deseas puedes comprar una jaula portátil pequeña y ligera para los traslados como pueden ser viajes o visitas al veterinario.

¡Construye un gran hogar para tu amada cobaya!